domingo, 10 de octubre de 2010

Reflexion a Mentes Formadoras

Introducción

La educación es la base en la que los jóvenes simentamos nuestras capacidades y habilidades, las cuales nos guían hacían caminos cualesquiera mejor preparados y con una visión clara de la vida. Fue precisamente los pasados días que algunos grupos de la FCA celebraron a aquellos individuos que promueven estos valores educativos en los alumnos de dicha institución, otorgándoles un reconocimiento a su desempeño y entrega por la creación de nuevos profesionistas bien capacitados. Este hecho, totalmente valido y aplaudido, me lleva a la reflexión acerca de aquellas personas, que como estas, dedican sus vidas a la promoción de individuos, no solamente llenos de conocimientos aplicados al área profesional, también repletos de valores útiles en la vida diaria. Son estas personas quienes, para bien o para mal, influyen una manera profundamente interna que llevan al alumno hacia nuevos horizontes y con nuevos caminos. Y sobre todo, este último punto, el grado de afectación (positiva o negativa) que tus maestros tienen sobre tu forma de pensar o el giro que pueden ocasionar en el transcurso de tu vida.

Es en este trabajo, inspirado por Mentes Formadoras, precisamente hago una reflexión acerca de la influencia de las personas, más específicamente maestros, que a lo largo de mi vida han afectado mis decisiones  y como estas, desde mi punto de vista, modificaron mi manera de ver el mundo y me llevaron por caminos nuevos e inesperados. De igual manera me impongo la pregunta de ¿Qué hubiera sido de mi vida sin alguno de ellos?

Desarrollo

Analizando mi relación con mis formadores, me viene la idea que el tiempo que he convivido ha sido mucho mayor al que pudiese haber invertido en un familiar o un amigo o simplemente alguien que yo consideraba como un factor determinante ante mis determinaciones en la vida; y aunque el tiempo no marca la calidad, si provoca la idea de pensar que, tanto tiempo no pudo ni debe haber sido en vano. Efectivamente, los conocimientos adquiridos por parte de mis maestros han sido extremadamente útiles y aplicables a vida profesional, pero ¿de qué manera, estas ideas o valores inculcadas por nuestros maestros han ejercido un factor que marque el transcurso de mi vida? Probablemente de muchas maneras pero la primera que recuerdo fue de mi profesora de Martha de primer nivel de primaria, quien la recuerdo con tanto afecto, que aun me causa nostalgia su imagen; pues ella fue mi introducción, mi primer acercamiento hacia lo que serian años y años de dedicación y entrega. Interesantemente no es un recuerdo casual de una persona ajena a mi vida, es uno mucho más fuerte, es el de alguien que me guio hasta el inicio de mi camino profesional pero también la siento aun como una parte de mi vida y mis recuerdos que aun influyen en mis decisiones, como en este caso, en mi valoración hacia mis formadores, mi visión hacia la muerte y parte de mis vivencias infantiles. Me entere hace poco, que la Mtra. Martha murió, dejando a su niño huérfano, a quien yo recuerdo haberlo conocido aun en el vientre de su madre; este hecho me dice que no fue solo mi primera maestra de toda mi vida, fue también mi primer contacto emocional hacia una me persona ajena a mi familia o mis amigos.

Es la Mtra. Shong, en mi tercer nivel de primaria quien me llevo a disfrutar mi escuela de una manera muy interesante, hablándonos de experiencias profesionales y personales que la llevaron hasta ese punto y que me hicieron admirarle profundamente. Otro maestre en mi primer nivel de secundaria, de quien no recuerdo su nombre, que me formo el hábito de lectura por muchos años, con sus actividades académicas donde involucraba leer mucho y comentarlos de una manera muy interesante, al cual le estoy profundamente agradecido. Recuerdo también a la Mtra. Mari en 1er semestre de preparatoria, quien me otorgo la visión de no mantener mis estudios estancados en una sola línea sin temática o cambios interesantes; pero sobre todo siempre con toda su confianza de que realmente lo haría, que seguiría sus enseñanzas (y que lo hice). Margarita, fue quien me apoyo en mi selección de carrera, quien, creo yo, es la persona que más ha influenciado recientemente en mis cambios de camino: me dio orientación, escucho mis preocupaciones profesionales y me dio los elementos para una selección apropiada. Y ya recientemente, la Mtra. Angélica, supo influenciarme de la manera más positiva en mi vida personal, guiándome, escuchándome y dándole respuesta a muchas de mis dudas; considero yo, quedara grabada en mi memoria por muchos años, tal y como todos los que he mencionado.

Conclusión

Este trabajo, me demostró el valor que los maestros de mi vida, mis formadores, tienen sobre mis acciones y decisiones. Me di cuenta que sin ellos, no seria, de ninguna manera, para o para mal, la persona que soy ahora; que mis decisiones profesionales no hubieran sido las mismas, o mi visión con respecto a mi futuro no hubiera sido modificado del manera que lo fue, que quizá estuviera una carrera errada o que mis hábitos de lectura o estudio serian peor de lo que son, haciendo mucho más difícil este proceso académico. Estoy sumamente agradecido con mis formadores, por no solamente darme el conocimiento necesario para ser un buen estudiante, también para darme la convicción necesaria para ser cada un mejor estudiante, una mejor persona y hombre de bien.

Las mentes formadores de hoy por hoy, son aquellos que no solo se dedican a la enseñanza, los verdaderos maestros, desde mi punto de vista, son los que se dedican a la formación de mejores seres humanos, en todos los sentidos y no solo en el académico. Yo, Julián Orantes, me gustaría extender mi agradecimiento hacia todos aquellos que día a día dedican su vida a sus alumnos, cambiando destinos y modificando vidas enteras. Gracias.



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