domingo, 10 de octubre de 2010

Algunos ejemplos de Descripción y Narración.

Descripción Topográfica

-          Científico: […] Aquel muelle del que mi padre hablaba era un lugar desértico ahora; las rocas salitrosas a la orilla del camino: de mal aspecto, oscuras y viejas, hasta se podía percibir el olor a húmedo, hedor viejo emanaba de ellas; hacían ver a este como un viaje hacia lo perdido, lo abandonado, lo desolado. Al llegar las nubes oscura, lo hacían ver como el lugar más triste del mundo, las aguas tranquilas sin movimiento, sin vida; era el lugar en el que no se quería estar. Pero el viejo seguía ahí, estaba en el mismo lugar donde vi por última vez, ahora viejo y acabado.  […]

-          Literario: La vida en mi pueblo era encantadora, y no eran los hermosos caminos  repletos de huaynos, era todo. La vida ahí era tan tranquila como las hojas de otoño, días interminables pero significativos, el tiempo parecía alentarse, no como en la ciudad, ahí todo es denso, todo parece determinante, es como estar en disyuntiva día y noche, como si cada acción pone en riego tu vida, aquí no, aquí todo es premeditado, todo es tranquilidad.   

-          Coloquial: El camino estaba horrible. Yo iba muy tranquilo, pero me encontraba con unos bultos que parecían como ramas pero su aspecto no le favorecía en nada; creo que la gente las ponía ahí para evitar los choques. La realidad es que no me importaba, yo iba a lo que iba. Nada más que, los pantanos me distraían, no era solo el paisaje tan pobre, sino el olor; ese olor era terrible, ni tapándome la nariz evitaba sentir asco. Espero llegar pronto a la casa de mi tía.
Descripción Personal
-          Científico: […] Mi cuerpo no actuaba de manera natural. Parecía que mis interiores se contraían, sentía mis pulmones reducirse a nada, y expandirse tanto que no cabía una gota de aire. Mi cuerpo no reaccionaba ante mi voluntad de ser. Eran mis huesos, no hacer conexión uno con el otro,  o tal vez la piel endurecerse como la roca. Veía todo negro, no era mi vista, tal era mi sangra evaporarse por mis poros, cegarme ante la realidad. Sentía morir.  Mi todo había muerto, quiero decir, es algo literal, después el cáncer puede ser mucho peor en 1 año que lo que siento ahora. […]

-          Literario: […] Regrese y ya no era el mismo, era su actitud determinante, eran sus decisiones firmes, integro y realizado. Lo vi y me recordó al viejo Gustavo, el personaje de la historia que mi madre nos contaba cuando pequeños, ese que tras su cruzada, y estar a punto de la muerte, su vida entera cambio. Así el, lo veía y veía a al viejo, veía a mi padre. No podía creer que eran solo 3 años de su partida.  Y mi vida cambiaria, tendría lo que había quería desde pequeño, a mi hermano, cuidando mis pasos, como la inspiración, mi guía, mi camino, mi meta, mi ejemplo. El, mi hermano, en que veo ahora, a mi padre.  […]

-          Coloquial: Tengo ganas de un perro, y no que tipo, simplemente quiero un perro. Mi papa me había comentado alguna vez que nadie te era más fiel que un animal; la verdad yo no creo eso, pero a estas alturas de mi vida, tener un perro, significaría cruzar muchas barreras, debía  mi intolerancia. En realidad podría ser cualquiera, pero una salchicha estaría genial, es su actitud la que me llama, son tranquilos pero muy inteligentes; digo, tendría que ser algo así, algo que me llene, que de cierta manera colabore conmigo. Lo más interesante es que no creí llegar a pronunciar estas palabras.
Descripción Enumerativa
-          Científico: Este lugar era algo impresionante, nada parecía ser lo que es. Cuando me encontré con esa estructura multiforme no parecía ser palpable, era la inestable, más que nada la estructura dorada superior, que era de llamar mi atención. La composición química de ese objeto no era común, no era lo que parecía ser, a pesar de tocarlo, parecía no ser tangible, pero al verlo frente a mí, tan sólido, tan palpable; me impresionaba como mis dedos pasaban a través de su estructura, esas paredes brillantes, llenas de movimiento, como vivas; pero era  la sensación de tocar su parte más uniforme y estable que me desconcierta, parece no estar, no ser real, es como atravesar aire. Probablemente plasma, o algún tipo de isoboprufenoisoico; es su imagen la que me llama la atención, tan firme. Definitivamente es una retroproyección de una imagen real, pero su función es impresionante, la emisión de esta roca extraña, tan billante como su composición, tan dura como el metal, tal húmedo como el agua, y uniformidad cambiante parece hacerlo algo vivo; es lo que me impacta. No puede ser real, probablemente se trata de una alucinación por las altas cantidades de oxigeno en ese lugar.

-          Literaria: El personaje carecía de objetividad, eran sus ojos saltones color dorado, sus dientes tan puntiagudos como el filo del cuchillo, sus mejillas tan duras como la roca, y su lengua de animal salvaje y las manos enormes cual gigante de cuento. No era su inconsistencia física lo que lo hacía irreal, eran sus emociones y acciones tan maduras ante la vida las que no cuadraban con su imagen. No podría ser reconocido como alguien y eso no la haría inhábil para relacionarse, para sobresalir; lo cual eliminaba la opción de ser feliz. La gente lo miraba de manera fría, juzgante, con asco, se hacía obvia su necesidad de evitar observarlo y mucho menos desearlo cerca. Era duro, si, pero su imagen podría llevarlo por caminos diferentes a su destino; sus decisiones serian las determinantes.

-          Coloquial: Ayer que fui a la escuela, era un infierno, no solo por el aspecto resultado del terremoto, pero también por el calor en los salones debido a la falta de aire acondicionado. Ahora imaginarlo con 35 estudiantes emitiendo un calor repugnante, 45 monitores de CPU’s con sus respectivos monitores, y los servidores en la parte de atrás, las luces extremadamente luminosa y los 16 proyectos ocupando espacio y reduciendo el espacio libre para aire fresco. Era un terrible calor que se presento, sudaba extremadamente, al punto de estar empapado y prácticamente verme refrescado por mi propia humedad. Y el olor, el olor de todos. De verdad ay qué creer cuando digo que era un verdadero infierno.
Descripción Metafórica
-          Científico: Cansado pero reconfortado por ver al fin mar, que era mi objetivo, llegar a las playas de San Carlos. La bahía era enorme su arena blanca con granos pequeños y no granulada como la de las playas del pacifico, su agua tibia y su sol radiante. Era impresionante, me recordaba tanto a la imagen que mi padre me había dejado de recuerdo al marcharse tantos años atrás. Me sentía libre como las gaviotas revoloteándose en el aire, me sentía en casa, a pesar de estar tan lejos de ella, sentía un paz profunda como la calidez del mar o el calor del viento, había llegado a este lugar y nadie me podría alejar. Era sus consistencia, mi estabilidad, mi emoción, mi razonamiento, mi decisión, mis valores, los que no me alejarían del camino llegue y seguir siendo la misma persona que llego a esta playa era mi destino.  Esta vez nada me cambaría, sería tan estable como los arboles, tan grande como las montañas, tan fuerte como las rocas y tan brillante como el sol. 

-          Literario: Era un libro muy interesante el de esa chica, tanto ella como el contenido del libro llamaron extremadamente mi atención. Esta obra hablaba de Dios, de su condición omnipresente y de la vida del hombre. Manifestaba a través de sus palabras como la vida era como un parpadeo y que era necesario llevarla de la mejor manera, actuando de acuerdo a su palabra, decía que nos guiaría como el pastor a sus ovejas. Me vi relacionado con sus palabras, las delibro por supuesto. Me di cuenta entonces que hubiera sido un mejor mundo de haber seguido sus palabras y ser las ovejas y no los lobos pecadores que ensucian el camino del pastor. Hubiera querido haber vivido en un mundo así.

-          Coloquial: Ese momento fue espectacular. Por primera vez me sentí muy orgulloso de lo que hasta ahora había realizado. Mis acciones, que gracias a mi familia, a mis amigos y a mi esfuerzo, me habían llevado hasta ese punto no pudieron haber sido mejor. Me sentí como un pavorreal, como un ser poderoso, sentía que volaba, que era como invencible.  Así fue que me vi al término de mi carrera, camino a mi camino profesional, directo a cumplir mis metas y objetivos. Era como un corredor que tras haber llegado a la meta mantiene su ritmo para no perder la siguiente batalla.



Narración
Era el clima de un año extremadamente irregular, nunca había estado tan lejos de casa en una ciudad tan grande y el clima de esta ciudad era particularmente muy intenso; no había visto tanta lluvia en verano, ni tanto calor al mismo tiempo; no había experimentado estar entre tanta gente y ser parte de, literalmente, un todo, con todo esto te sientes tan pequeño, tan nada; pues este invierno había sido la excepción. Pero el invierno era particularmente intenso; tremendo frio el que abatió a la ciudad, me comentaron que no era comparable con el de otros años, para mí era el frio mas horroroso que jamás abre vivido en muchísimos años, y no era nada mas el frio, era la nieve, era la lluvia, el viento tan fuerte como un cuerpo físico empujándote hacia el lado contrario, y lo que lo hacía verdaderamente difícil era la actividad de la ciudad misma, los carros y la gente circulando lo hacía muy complicado.
Estaba en la ciudad, y había llegado el invierno, me sentía muy contento, me gusta el frio, me encanta la lluvia y la ciudad con estos elementos incluidos, pero me di cuenta que no siempre los extremos mantienen la concepción de gustar en el mismo nivel. Debido a la naturaleza de la ciudad, era imposible tener un carro y mucho menos circular en taxi. Caminar el transporte público era mi única opción. Así, el frio llego, y no era tan malo al principio; la elegancia de los abrigos y del color de la ciudad en invierno lo hacía muy interesante, sin embargo, no tenía idea de lo que me esperaba. Llego el frio, y te das cuenta que la elegancia de los abrigos ni el protección de la ciudad eran suficientes para quitarte el tremendo frio que hacia; el aire y la lluvia extrema, te hacían estremecer y encogerte al grado de no poder caminar. Aun así, era soportable, además tenías que hacer lo necesario para llegar de un lado al otro de la ciudad. Llego diciembre y el verdadero frio comenzó, donde no pasabas de gripe en gripe y de dolor muscular; estaba entre la imposibilidad de caminar adjunto a las dolencias y enfermedades físicas.
No fue hasta que llego la nieve cuando conocí la verdadera capacidad de la ciudad. Al principio, la ciudad se veía hermosa envuelta en nieve, las bolas blancas cayendo del cielo lo hacían ver como esos adornos con liquido de navidad que al sacudirlos las bolitas de fon adentro de este parecen caer sobre la pequeña contracción a escala, en este caso era real y sin escalas; hermoso al inicio, si. Pero cuando la nieve se instalo en las calles de la ciudad y los carros comenzaron a ensuciarla y uno tenía que caminar sobre de ella y verse empapado por la las salpicaduras del tránsito se volvió un caos. Pero cuando se congelo por el frio y se quedo entre las calles, y uno tenía que caminar, con el viento, la lluvia y el frio junto a ella, se volvió un verdadero martirio.
Fue así, que cuando la primera ocasión que habite entre el frio y la nieve, viví el momento más agradable y desagradable en la misma temporada. Y me di cuenta que  los extremos no son para nada reconfortantes. Lo más interesante es que aun me llama la atención la elegancia y la belleza de las ciudades durante el frio. Parecen que el invierno viene a limpiar la ciudad del mundo. 

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